Entre septiembre y octubre, los ciervos entran en celo e intentan atraer a las hembras con sus demostraciones de poder.
La Brama, como popularmente se conoce este período, debe su nombre al sonido gutural que emiten los machos y que es, sin lugar a duda, el sonido del otoño.
En esta actividad podremos observarlos y conocer su comportamiento.